jueves, 28 de febrero de 2013

Ilusión post KO

Coventry es una ciudad habituada ya a los fracasos deportivos desde la entrada en el nuevo siglo. Lejos quedaron ya, aunque parezca que no, aquellos tiempos en los que se vivían partidos de Premier League con un equipo que trataba de plantar cara a las grandes leyendas de la mejor liga del mundo.

Gary Breen, Dion Dublin, o un jovencísimo Craig Bellamy, ostentaron el prestigio, en su momento, de jugar en la máxima categoría con el Coventry City FC, Highfield Road era el escenario. Cada semana, la sufrida hinchada veía pasar a cuantiosos jugadores de primer nivel, pero el nuevo siglo, además de cambios deportivos, también conllevó un lavado de imagen dentro de la entidad, siendo trasladada a un nuevo estadio, el Ricoh Arena.

Oscuros tiempos han transcurrido desde su descenso en 2001 desde la Premier League a Championship. Ninguna temporada logró estar completamente asentado en la nueva división, siendo su mejor posición la octava, y tras demasiados vaivenes y sinsentidos en la gestión, en 2012 llegó aquello que nadie quería, obviamente, pero parecía que muchos buscaban en el seno directivo del club, un nuevo descenso, esta vez a League One.

El problema parecía serio, y nada más lejos de la realidad. En primer lugar, el principal inconveniente, más allá de mantener o perder a sus jugadores más importantes, era la posibilidad de no poder jugar en el estadio Ricoh Arena debido a que dejaron de pagar el alquiler mensual, del cual debían ya una suma elevada. 

Más allá de ello, y ya en términos deportivos, había dos grandes frentes abiertos en el verano que precedía a la actual campaña. Primero, Gael Bigirimana, emergente promesa del club, contaba con numerosas ofertas de Premier League, e iba a ser muy complicado mantener a alguien con suculentos contratos sobre la mesa. Finalmente, todos sabemos el desenlace, y el chico firmó por el Newcastle United. La otra duda era si se iba a poder mantener a la estrella, Gary McSheffrey, canterano del club, que vivía una segunda época en él, esta vez para intentar evitar lo que no pudo, perder la categoría. Pese a las ofertas que tenía de equipos con solera en Championship, decidió quedarse con vistas a ayudar a quien le hizo futbolista profesional, a volver donde le corresponde. 


La cordura parecía haber llegado tras mantener al estandarte, y se trató de hacer una plantilla sobre él. Los tres fichajes más importantes, Franck Moussa, Steve Jennings, y John Fleck, evidenciaban que no se buscaban jugadores para ascender desesperadamente, sino juventud para proyecto a largo plazo, y se confirmó con la entrada al primer equipo de jóvenes como Jordan Clarke o Connor Thomas, con menos de veinte años ambos. 

El inicio de campaña fue algo titubeante, no se lograba asentar el equipo a la categoría, y alguna jornada incluso la pasó en descenso. Demasiados disgustos parecían asediar a un Coventry que ya parecía tener suficiente con todo lo sufrido, pero no. La mala racha seguía, hasta que se despidió al técnico Mark Robins, y entonces llegó alguien inesperado. Lee Carsley, sí, ese mito que jugó en Premier League con el Everton, e incluso con el Birmingham, y ya retirado, se convirtió en el técnico interino del club. 

Desde entonces, la racha del City es muy positiva, hasta el punto de que, a día de hoy, a falta de once jornadas, se encuentra a cinco puntos de la promoción de ascenso a Championship, y se perfila como candidato a estar en la lucha hasta la última semana del campeonato.


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